La era virtual ya dejó a nuestro alcance la evidencia de sus ventajas y desventajas. Las redes sociales afectan directamente a la gente y su vida cotidiana y, aunque trae grandes beneficios, muchas veces son un portal de inseguridad para quienes las utilizan. Tal es el caso del juego clandestino que se encuentra circulando cada vez más en redes sociales.
Argentina es uno de los países que ha tomado más protagonismo en la lucha contra las apuestas clandestinas. La crisis socioeconómica agudizada por la pandemia y el fácil acceso a un teléfono se combinan para que esta problemática se encuentre en auge. Los volúmenes de dinero que se mueven por organizaciones de juego ilegal son impactantes, y las autoridades se ven cada vez más acorraladas a tomar medidas más exigentes. A diferencia de otros países, Argentina aún no cuenta con una legislación nacional que regule los casinos en línea y las apuestas de otros tipos, sino que cada gobierno provincial es responsable de legislar lo que sucede en su jurisdicción.
Es por esto que en la provincia de Neuquén y desde la Asociación de Loterías y Casinos Estatales de Argentina (ALEA) se iniciaron acciones en alianzas con Mercado Libre y Facebook como medida para combatir los juegos de casino clandestinos en las redes. Estas uniones refuerzan el objetivo de evitar que se utilicen estas plataformas para transacciones de apuestas y juegos de casino no autorizados.
En el 2016 se incorporó al Código Penal de la Nación el artículo 301 bis que tipifica al juego ilegal como delito. A partir de esto el Instituto Provincial de Juegos de Azar de Neuquén (IJAN) activó actuaciones de la justicia a partir de varias denuncias de juego ilegal. La promoción del juego regulado y la búsqueda constante de combatir el juego ilegal es una forma de proteger a los usuarios. Además, los gobiernos de las provincias cuentan con los intereses recaudados a través del juego en casas de apuestas y casinos legales, ya que son generalmente volcados al bienestar de los ciudadanos (educación, asistencia social, salud, entre otros).
¿Qué rol cumplen las redes sociales?
Las salas de juego virtual suelen iniciarse con la consolidación de un grupo que tiende a ser de confianza para ellos. Por ejemplo, y, en primer lugar, la familia, amigos o allegados. En este grupo siempre hay un delegado u organizador que se encarga de administrar el juego y las ganancias.
El juego que prepondera entre la clandestinidad virtual suele ser el bingo. Al ser un pasatiempo popular los usuarios se ven atraídos fácilmente, ya que no requiere de muchos conocimientos previos para entender cómo funciona el juego. Además, convoca a un amplio rango etario y suelen jugarlo tanto hombres como mujeres. El método de pago se coordina con cada participante, para lo cual suelen ser de uso común las billeteras virtuales tales como Paypal, CashApp o por Mercado Pago.
Una vez realizado el pago se les hace llegar el cartón con el que jugarán virtualmente. Se pacta el día de juego a través de alguna plataforma (Facebook, Instagram o Zoom suelen ser las más comunes). El organizador o anfitrión sabe cuántos cartones hay en juego y los números que cada participante tiene. De esta forma, los va llenando hasta comunicar un ganador en vivo. Este organizador se queda, por cada jugada, con un porcentaje de las apuestas que suele ser alrededor del 30%. Es decir, si se vende un cartón a un valor de $50 y se juntan 30 personas recaudándose un total de $1500, el anfitrión se queda con $450. El costo de la inversión del organizador es de $0 y el dinero utilizado como pago para el ganador es el de los propios apostadores.
Existen también casos de clandestinidad en los que el juego directamente nunca sucede. La estafa consiste en convocar a un grupo de jugadores interesados a través de salas abiertas que suelen ser en vivo. Las condiciones son similares a las mencionadas anteriormente, pero el juego nunca se consuma. Ya sea por supuestas malas conexiones a internet u otros factores dudosos, el juego queda cancelado y los organizadores terminan llevándose el 100% de las ganancias.
Los jugadores suelen acercarse a estas ofertas para hacerse de una ganancia pequeña. El juego clandestino en las redes sociales se convirtió en un boom luego del surgimiento del Covid. El encierro y la precariedad económica condujo a las personas a hacer uso de éste tipo de recursos para hacer un dinero extra.
Las apuestas no suelen ser tan grandes. Aún así, la constancia de estos tipos de juego clandestino, que son un delito, pueden dar acumuladamente grandes ganancias a los estafadores.
A partir de la vigencia de la Ley 27346, el juego ilegal es un delito penal que reprime con cárcel de 3 a 6 años. Por la propagación de este tipo de ilegalidad en el juego, el Instituto Provincial de Lotería y Casinos (IPLyC) creó a través de un sitio web un canal de denuncias en línea.
Argentina se encuentra activando duras medidas ante la cantidad de denuncias que siguen apareciendo por estafas como éstas. Es fundamental que se apliquen las medidas de sanción necesarias para proteger a los usuarios, así como también a los afectados que viven de los ingresos del juego legal.
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