El baloncesto argentino vive una fase de continuo crecimiento, que se inició a finales del pasado siglo y que se prolonga durante tres décadas. La cantera de jugadores es cada vez mayor y esto se traduce en éxitos del combinado nacional, actual subcampeón mundial, y la creciente emigración hacia el norte. Las apuestas NBA contemplan, con una frecuencia superior, la presencia y el rendimiento de los baloncestistas nacidos en Argentina. La trayectoria de los representantes en la mejor liga de baloncesto del mundo ha sido creciente, fruto del aumento de los recursos humanos y tecnológicos que han fomentado el desarrollo del deporte de la canasta en el país durante los últimos treinta años. El resultado: una presencia creciente de argentinos en la NBA.
Los inicios
Los primeros años del Siglo XXI fueron decisivos, pues abrieron el camino de los primeros deportistas. Pepe Sánchez fue uno de los pioneros, gracias a su crecimiento en el baloncesto universitario norteamericano. Si bien su progresión se cortó por la falta de confianza de los entrenadores. Jugó treinta y ocho partidos repartidos entre los equipos Philadelphia 76ers, Atlanta Hawks y Detroit Pistons. Fue, además, el base titular de la Selección Argentina durante esa época. Rubén Wolkowyski, más conocido como Colo, también es de la época de Sánchez y presenta una progresión muy parecida a la de su compatriota. No tuvo recorrido en Estados Unidos, donde apenas superó la cuarentena de apariciones, en Seattle y Boston.
El mejor de la historia
Ambos jugadores abrieron una puerta que derribó, a lo largo de catorce años, el escolta Manu Ginobili, posiblemente el mejor baloncestista de la historia de la ‘Albiceleste’. El de Bahía Blanca jugó todo ese periodo en los San Antonio Spurs y se convirtió en un referente de su equipo y uno de los líderes del baloncesto mundial. Ganó cuatro anillos con la franquicia de Texas, donde será recordado como un héroe y una de sus referencias históricas. Estuvo seleccionado en dos ocasiones para el ‘All Star’ y ha recibido varios premios individuales. No es casualidad, pues promedió 14 puntos en los más de doscientos partidos que disputó en los playoffs por el título. Ha entrado en el 'Hall of Fame', el Salón de la Fama de la competición.
Entre sus compañeros, en uno de sus cuatro títulos, había un argentino. Fabricio Oberto tuvo una participación activa en la victoria de los Spurs en 2007. Un problema cardíaco le impidió prolongar su carrera tras seis temporadas en la élite.
La presencia de Ginobili eclipsó a otros grandes jugadores argentinos que tuvieron un buen rendimiento en la liga ‘yankee’. Carlos Delfino y Andrés Nocioni, también componentes del equipo nacional, están entre ellos. El primero llegó a través del Draft y superó los quinientos partidos, en varios equipos. El segundo encontró su mejor versión en los Chicago Bulls, donde la exigencia era máxima tras la era Jordan, y también superó esta cifra de participaciones.
Dos leyendas
Luis Scola siguió la estela de otros compañeros que conocía de la base en Argentina y dio el salto a la NBA. Su recorrido se inició en Houston Rockets, donde promedió, en alguna temporada, más de treinta minutos por partido. Su carrera continuó en otros equipos hasta completar diez temporadas. Se convirtió, durante su etapa, en uno de los reboteadores más importantes de la competición, sin dejar de lado la faceta de puntuación. En la 2010-2011 consiguió un promedio superior a los 18 puntos por encuentro, pese a que estaba en un equipo de nivel medio. No tuvo tanto recorrido el base Pablo Prigioni, pese a ser uno de los mejores jugadores argentinos en los primeros años de la segunda década del siglo. Su experiencia duró cuatro años, más incluso que la de Nicolás Laprovittola, quien fue compañero de Ginobili en San Antonio con aparición en 18 partidos. Ese es su balance total.
Nicolás Brussino tampoco tuvo recorrido en la liga de Estados Unidos. Pese a que no necesitó del Draft para entrar en las canchas, su carrera se cortó pronto. Una temporada con poco protagonismo en los Dallas Mavericks y solo cuatro partidos en Atalanta es su balance. Peor rendimiento ofreció Patricio Garino, quien solo tuvo la oportunidad de demostrar su valía en cuatro apariciones.
Los más recientes
Los últimos años, a partir del 2020, han anunciado a varios jugadores argentinos que pueden tener éxito en la NBA. Facundo Campazzo es el mejor posicionado. Dos campañas en los Denver Nuggets, con una puntuación media de 20 puntos por jornada, le sitúan como una de las posibilidades nacionales para triunfar en Estados Unidos. Dallas Mavericks es su siguiente capítulo. Ha sido rival de Gabriel Deck, quien decidió viajar a España tras dos años en los Oklahoma City Thunders, donde apenas tuvo protagonismo. Quizá sí que encuentre el camino el joven Leandro Bolmaro, quien ha militado en los Timberwolves y los Jazz. Luca Vildoza, en los Bucks, también ha debutado en la NBA recientemente
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