Después de llegar con el helicóptero de la Presidencia argentina desde Uruguay -adonde lo fue a buscar el canciller Santiago Cafiero- vestido con un traje a cuadrillé, el expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica recibió de las manos del presidente Alberto Fernández la máxima distinción que otorga el Estado argentino: el Collar de la Orden del Libertador San Martín. “Es un emblema de lo mejor de la política”, dijo el primer mandatario sobre Mujica.
El expresidente uruguayo apeló a su usual tono calmo para hablar. “Esta medallita pesa mucho”, advirtió Pepe en cuanto a la distinción, para hacer reír a los funcionarios presentes antes de comenzar una alocución en la que se explayó al respecto de la vida y la muerte, en la que se mostró preocupado por la relación ente su país y este, y en el que dio varios consejos. “Argentinos, por favor, quiéranse un poco más”, fue uno de ellos.
En ese sentido, pidió: “Discrepen todo lo que quieran, pero construyan, luchen por un nosotros. Son parte vital de nuestra América Latina y tienen que tener conciencia del mundo que se nos viene encima. Ese mundo que va a determinar que lo que se va a llamar proletariado en 20 o 30 años son los que están entrando a la universidad hoy y que no solo el capital decide en la historia, sino que empieza a decidir cada día más el conocimiento y tenemos que gastar una fortuna en la cabeza de nuestros muchachas y muchachas, porque sino los de América Latina vamos a componer el continente de humanidad intrascendente”.
Con la plana mayor del Gobierno concentrada en sus expresiones, Mujica le habló a Fernández: “No es poca cosa tener de amigo a un presidente de la República Argentina, que parece un pastor de ovejas y conductor de un rebaño de leones, todo a la vez. Le toca timonear el barco en tiempos muy difíciles, pero quiero a la Argentina, quiero a América Latina y estaré del lado permanente de aquellos que con aciertos y errores ponen toda la carne en la parrilla por el sueño de que en esta playa haya un poco más de justicia social y menos diferencias entre los iguales”. Ambos se trataron como amigos durante toda la ceremonia.
Luego de las tensiones que emergieron entre Fernández y el presidente Uruguayo, Luis Lacalle Pou, vinculadas a las distintas visiones geopolíticas de ambos mandatarios, Pepe se mostró intranquilo ante las rispideces y usó un tono conciliador. “Soy viejo y aprendí una cosa: cuando a la Argentina le va bien a Uruguay también, y al revés. Sé que no somos hermanos, somos algo más que hermanos, nacimos en la misma placenta, un parto doloroso de descuaje de una Nación… Esa historia esta ahí y sé que el río que separa también une. Sé que vivimos en una América balcanizada y que somos una hoja al viento en un mundo que se está construyendo alrededor de gigantescas unidades”, dijo.
“No tengo ganas de morirme”
Asimismo, el exmandatario uruguayo habló sobre sí mismo. “Estoy veterano, pero no quiero darle chance a la muerte. Ya vendrá a buscarme un día de estos, pero yo no le voy a facilitar el juego porque con todos sus avatares la vida es hermosa y hay que tener conciencia que se nos está yendo”, reflexionó y deslizó: “No tengo ganas de morirme, ninguna. Porque me gusta el vino tinto, y desconfío que del otro lado no voy a poder tomar vino tinto. Y me gustan otras pequeñas grandes cosas”.
Más allá de asumir no ser afecto a las grandes acciones protocolares, Mujica agradeció el reconocimiento de la Argentina y dijo que no lo sentía como dirigido a él, sino a su pueblo. “Estamos programados para luchar por la vida, pero como es algo cotidiano nos levantamos, nos acostamos y estamos vivos. No le damos valor a ese único milagro que hay para cada uno de nosotros que es haber nacido, tener una aventura de consumir sin el tiempo, como una brizna de hierba, como una luz que se prende y que se apaga”, sostuvo.
“Pepe es un ejemplo de democracia”
Por su parte, Fernández -que habló antes- halagó a su amigo uruguayo por su extensa trayectoria política. “Pepe es un ejemplo de democracia. Nadie como él puede dar expresión en carne propia de lo que se padece en la falta de democracia y de lo que se disfruta en la democracia”, dijo el Presidente, con una referencia a los años en que Mujica -que fue dirigente del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros- estuvo preso y fue torturado en su país durante la dictadura.
“Pepe es, para los que amamos la política, un modelo de conducta. Cuando hablamos de ‘modelo de conducta’ hablamos de alguien capaz de nunca ceder a sus convicciones, siempre ser firme, pero no convertir sus convicciones en necedad. Tiene las mismas convicciones que todos le conocimos, pero tiene capacidad de diálogo y de abrirse a escuchar como la población necesita”, manifestó Fernández.
Para cerrar, le dijo: “Pepe, recibí en esta distinción el reconocimiento de tu amigo Alberto. Esta distinción es el reconocimiento del pueblo argentino a lo maravillosa que ha sido tu vida, a todo lo que diste, a todo lo que das, a tu generosidad y a tu grandeza”.
La condecoración
El Collar de la Orden del Libertador San Martín es otorgada exclusivamente a los funcionarios extranjeros, civiles o militares, que en el ejercicio de sus funciones merezcan en alto grado el honor y reconocimiento de la Nación. La medida fue decidida el año pasado, pero por la pandemia no se pudo realizar la ceremonia hasta ahora.
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