«Efecto Brasil»: largas filas para vacunarse contra la fiebre amarilla
De manera imprevista, el barrio porteño de La Boca amaneció hoy con cuadras repletas de gente y extensas demoras para conseguir un turno de vacunación contra la fiebre amarilla. La inusual espera está asociada a que la mayoría de los concurrentes tienen planeado viajar en los próximos días a Río de Janeiro y otras regiones de Brasil, sobre las que se recomienda aplicarse la inyección inmunológica.
Algunos con mayor información que otros, algunos veraneantes se habían preparado para llegar temprano a la Dirección de Sanidad de Fronteras, ubicada en la avenida Pedro de Mendoza y Blanes, debajo de la autopista. Es que los turnos, si bien se entregan gratuitamente, se entregan por orden de llegada y hay cupos. Ayer, por ejemplo, 750 personas obtuvieron su ticket y debieron esperar más de tres horas para inmunizarse. Otros no tuvieron suerte y no llegaron a aplicarse la inyección.
"Surgió a último momento", confesó uno de los futuros turistas que irán a Río de Janeiro en febrero. "Nos levantamos a las 5 de la mañana, no aguantamos más", contó otro de los viajeros que vive en la zona sur de la provincia de Buenos Aires. Otros, más previsores, concurrieron al lugar con equipos de mate y sillas a cuestas. El horario de atención en el centro de La Boca arranca a las 10 de la mañana y se extiende a las 15. Pero las mismas complicaciones se reiteraban en otros lugares de la Ciudad y el interior del país, donde también se vieron largas demoras en Mendoza y Córdoba.
La fiebre amarilla es una enfermedad vírica aguda, hemorrágica, transmitida por los mosquitos Aedes aegypti infectados. La vacuna es segura y se aplica una dosis para otorgar una protección de por vida contra la patología, sin necesidad de dosis de refuerzo. La inmunidad empieza a correr en un plazo de 30 días, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El término "amarilla" alude a la ictericia que presentan algunos pacientes. Una vez contraído el virus y pasado el periodo de incubación de 3 a 6 días, suele causar fiebre, mialgias con dolor de espalda intenso, cefaleas, escalofríos, pérdida de apetito y náuseas o vómitos.
Ayer, la OMS volvió a recomendar la necesidad de vacunarse a todas las personas que viajen a las zonas de riesgo de Brasil, entre ellas, algunos de los lugares más elegidos por los argentinos para vacacionar. Este jueves, la enfermedad se cobró una víctima célebre en Belo Horizonte: el compositor Flavio Henrique, de 49 años, quien trabajó con los músicos Milton Nascimento, Toninho Horta y Paulo Cesar Pinheiro.
La muerte se produce en el marco de un nuevo brote de la patología que amenaza al país vecino. Según datos de la Secretaría de Salud de Minas, entre el 1 de julio de 2017 y enero de 2018, se produjeron 15 fallecimientos por causa de la fiebre amarilla. En total, hubo 358 casos detectados hasta el viernes pasado.
Además de Río de Janeiro y Belo Horizonte, el Ministerio de Salud de la Nación apuntó como zonas de riesgo los estados de San Pablo, Espíritu Santo, Bahía y Minas Gerais, entre otros.
Junto al centro de La Boca y Hospital de Infecciosas Muñiz, el Gobierno de la Ciudad reforzó durante el verano los puntos de vacunación gratuita, entre los que incluyó a los hospitales Álvarez, Pirovano y Velez Sarsfield. También incorporó al centro de salud (Cesac) N°33, en Palermo, en distintos horarios y días por la mañana.
Antes de la vacunación, se realiza una consulta previa para evaluar las condiciones médicas que habiliten a recibir la inyección que incluye edad, situación clínica de cada persona y el destino del viaje.
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