Cuando Nicolás Salinardi comenzó a estudiar música a sus nueve años soñaba con que su trabajo sea reconocido pero jamás pensó que a sus 30 años, estaría trabajando para uno de los compositores más importantes de Hollywood.
Tuvo su propio estudio en Buenos Aires, formó una banda de rock con sus amigos en la cual tocaba la guitarra, ganó una beca para ir a estudiar a una de las cinco mejores escuelas de música del mundo, se recibió y ahora trabaja en Remote Control Productions, la compañía de Hans Zimmer, el compositor de Dunkerque, cuya banda sonora está nominada a los Oscar 2018.
Una banda con amigos, un estudio de música y sus ganas de triunfar mundialmente: el comienzo del sueño
"Siempre tuve buen oído y nunca me resultó complicada la teoría musical. La entendía muy bien y sabía identificarla", cuenta Nicolás a Teleshow, desde Los Ángeles, en donde está instalado desde mayo de 2017 cuando comenzó a trabajar en la empresa de Zimmer.
Me encantaría componer la banda sonora de una película argentina
Nicolás siempre tuvo tan claro lo que quería que, incluso, aprendió a leer música solo, antes de comenzar a tomar clases particulares. A los 15 años, formó su primera banda, House of The Fallen, él era el guitarrista, Sebastián Zoppi, el baterista y Mariano Briozzo, el cantante, con quienes sacó su primer CD.
"En ese momento, estaba de moda el rock y la música punk, así que hacíamos ese tipo de música", explica quien tiene el título de ingeniero en grabación y que en 2009 abrió su propio estudio llamado Bulssound, ubicado en Villa Ballester, barrio en el que vivió hasta que se fue a Estados Unidos.
En 2013, buscando proyectar su carrera de manera internacional, dejó su Buenos Aires natal y aplicó para una beca en la universidad de música Berklee College of Music en Boston en la que, cuatro años después, se recibió de licenciado en música cinematográfica. Con ese título en sus manos, estaba cada más cerca de cumplir su sueño.
Una pasantía, un mail sin respuesta y la obligación de tener auto: cómo logró su mayor desafío
"Si no tienen auto, en Los Ángeles están limitados", les habían dicho los profesores de Berklee a los alumnos que buscaban seguir su carrera en la ciudad donde trabajan los mayores compositores de Hollywood.
"Siempre quise trabajar con Hans Zimmer porque es una de las compañías más grande así que mandé un mail presentándome, contando que me había recibido y adjunté mi CV para cuando necesitaran tomar gente", relata Nicolás que, en ese momento, todavía era estudiante en Boston y buscaba realizar una pasantía.
"Nunca me contestaron, pero a las dos semanas, conocí a alguien que tenía contacto con alguien que trabajaba en Recursos Humanos y conseguí que me entrevistaran por Skype", continúa Salinardi.
"A los cuatro días, me mandaron un mail diciendo que querían que me incorpore a la empresa. No lo podía creer", agrega quien trabaja de asistente en la compañía en la que se grabaron las bandas sonoras de El Rey León (por la que Zimmer ganó el Oscar a la mejor banda sonora en 1994), El Origen, El código Da Vinci, Gladiador (ganadora como banda sonora en los Globos de Oro en 2000), Batman y Piratas del caribe, entre otras.
Nicolás se mudó a Los Ángeles y vivió allí durante los dos meses que duró la pasantía. Allí, gracias a la experiencia que tenía, demostró que podía seguir trabajando en la empresa como asistente y, en diciembre de 2017 lo contactaron para anunciarle que lo querían contratar como empleado fijo.
"Mi ex jefe me mandó un mail preguntándome si ya había conseguido un auto, porque cuando hice la pasantía no tenía, y yo justo había vendido el de Buenos Aires y me había comprado uno. Así que a los pocos días ya estaba asistiendo a Hans y a todos los músicos que alquilan la sala de la compañía", revela quien a veces llega a trabajar 12 horas por día. "Al principio me dijeron que estaba en un período de prueba hasta febrero, pero ya me confirmaron que me quedo", adelanta.
Nicolás también trabaja, desde septiembre de 2017, para como editor de música para Brad Segal, el reconocido compositor de banda sonora para películas y reality shows. Así como supo armar su propio estudio en Villa Ballester, adaptó un cuarto en su casa de Los Ángeles para trabajar allí de manera independiente desde 2015.
"Hago la composición y programación de la música para cortos. El más largo que hice fue de 15 minutos. No puedo aceptar trabajos más largos porque no me alcanza el tiempo con todo lo que hago", reconoce Salinardi.
Entre sus principales trabajos, se destacan Viejas Manías, su ópera prima que fue una película de Costa Rica y que ahora relanzarán en Blu-ray, y Anew, un filme que hizo para la Universidad de California y que quedó seleccionada en un Festival de India. "Ese fue uno de los mejores proyectos en los que trabajé por la calidad de la producción", destaca.
Sus ejemplos a seguir
"Mi meta personal es ser compositor de música cinematográfica en proyectos grandes pero sé que es una carrera que toma muchos años y ahora estoy aprovechando la experiencia que tengo ahora de trabajar con Hans", asegura quien también va por los pasos de Klaus Baldet (Piratas del Caribe 1 y 2), Ramin Djawadi (Game of thrones) o Benjamin Wallfisch (IT), sucesores de Zimmer.
"Obvio que también me encantaría componer para películas argentinas", asegura Nicolás y agrega que, de a ratos, tiene que ganas de volver a formar una banda y tocar la guitarra.
Nicolás Salinardi vive un gran presente trabajando en Remote Control Productions, compañía que continúa trabajando en la composición de nuevas bandas sonoras de futuras películas y que el próximo cuatro de marzo esperan levantar un Oscar por su trabajo en Dunkerque.
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