La Liga Antidifamación (ADL) -representante de la lucha contra el antisemitismo- acusó al magnate Elon Musk de amplificar los discursos de odio en la red social X (Twitter), de la que es propietario. En este contexto, el empresario los acusó de presentar "acusaciones infundadas" contra él, que impactaron en los ingresos publicitarios.
"Para limpiar el nombre de nuestra plataforma en materia de antisemitismo, parece que no tenemos más remedio que presentar una demanda por injurias contra la Liga Antidifamación… ¡Oh, qué ironía!", escribió Musk en la red social.
"ADL parece ser responsable de la mayor parte de nuestra pérdida de ingresos", agregó. Según los datos que él mismo compartió, la acusación de la organización podría haber sido responsable de la destrucción de la mitad del valor de la empresa, lo que corresponde a aproximadamente u$s22.000 millones.
"Los anunciantes evitan la controversia, así que todo lo que se necesita para que ADL aplaste nuestros ingresos publicitarios en Estados Unidos y Europa es hacer acusaciones infundadas", agregó en el largo hilo que comenzó con una aclaración de que está a favor de la libertad de expresión, pero está "en contra del antisemitismo de cualquier tipo".
La ONG no se pronunció sobre las amenazas legales de Musk, pero respondió al hashtag "#BanTheADL" ("Prohibir la ADL"), que fue tendencia en Twitter la semana pasada en señal de apoyo para el propietario de Tesla y SpaceX. "La ADL no se sorprende ni se inmuta de que antisemitas, supremacistas blancos, teóricos de la conspiración y otros trolls hayan lanzado un ataque coordinado contra nuestra organización", publicaron.
La denuncia de la ADL
La organización social acusó durante años a la red social de amplificar el discurso de odio antisemita: en un informe de 2016, aseguraron que los ataques antisemitas contra periodistas se dispararon en Twitter "gracias a la retórica de la campaña presidencial" de ese mismo año.
En lo que involucra a Musk, según la ADL y el Centro para la Lucha contra el Odio Digital (CCDH), el discurso problemático y racista en Twitter aumentó considerablemente desde que Musk lo compró. A partir de ese momento, el magnate despidió a miles de empleados de la plataforma, recortó la moderación de contenidos y restableció la cuenta del expresidente Donald Trump. Además, el sudafricano está acusado de involucrarse en ataque contra el filántropo judío George Soros.
Sin embargo, no es la primera acusación a la que se enfrenta, ya que en julio de este año demandó al CCDH, acusándolo de una campaña de difamación que dañó la relación de la red social con los anunciantes.
Fuente: Ambito
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