Encontraron parte del avión de Malaysia Airlines, desaparecido desde 2014

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El 8 de marzo de 2014, el Boeing 777-200 de la compañía Malaysia Airlines salió de Kuala Lumpur, la capital de Malasia, con destino a Beijing, China, pero nunca llegó a destino: 40 minutos después del despegue, el aparato desapareció de los radares civiles. Tras el trágico hecho, las conspiraciones sobre el vuelo MH370 no pararon de aumentar.

Dos semanas después de la desaparición del avión, radares militares detectaron que durante las siete horas posteriores a la pérdida de contacto, el aparato había emitido señales. Según la investigación oficial, alguien apagó los sistemas de comunicación y viró el aparato, que se habría estrellado en algún lugar del Océano Índico, al oeste de Australia, una vez agotado el combustible.

En enero de 2017, el gobierno malasio suspendió la búsqueda con el único logro de haber hallado tres trozos del avión en la isla Mauricio, en la isla Reunión y en una isla de Tanzania. La evidencia sirvió para conocer el destino trágico del aparato, aunque no para determinar en qué lugar cayó exactamente ni para saber qué ocurrió dentro de la cabina.

En total, solo se encontraron 19 piezas en diferentes islas del Océano Índico que podrían pertenecer al vuelo. De todas formas, no ayudaron a resolver el misterio. En tanto, las cajas negras de la nave, que serían claves a la hora de encontrar respuestas, nunca se hallaron.

La incertidumbre alimentó innumerables y disparatadas teorías conspirativas, como que el avión fue secuestrado por extraterrestres, que alguien usó un gas para matar a todos los pasajeros o que había entre los pasajeros un grupo de investigadores que hizo invisible el avión. Y, en estos días, sumó un presunto hallazgo que podría ser clave para llegar a saber qué ocurrió ese día.

Dos especialistas encargados de “cazar” datos sobre el misterioso vuelo -el ingeniero británico Richard Godfrey y el cazador de escombros estadounidense Blaine Gibson- encontraron en la casa de un pescador de la isla de Madagascar, África, una de las compuertas del tren de aterrizaje que podría ser de la aeronave desaparecida hace ocho años.

La pieza tiene marcas que indican que el avión se estrelló de forma intencional contra la superficie del Océano Índico. En ese sentido, ambos deducen que que uno de los pilotos bajó las ruedas de la aeronave en los últimos segundos del vuelo, una acción que, teniendo en cuenta el estado de la aeronave, tendría que ver con una intención criminal.

Según la explicación de los especialistas al medio británico The Sun, cuando hay un aterrizaje de emergencia en el agua no se suele bajar el tren de aterrizaje. Aquello puede aumentar las posibilidades que de el avión se rompa en varios pedazos y además puede hundirse con mayor velocidad.

En caso de que la puerta pertenezca al vuelo, Godfrey aseguró que sería “el primer elemento de evidencia física que indica una posible intención criminal detrás de la desaparición del MH370″. Y agregó: “La combinación del impacto de alta velocidad planeado para romper la aeronave y el tren de aterrizaje extendido que podría hundir la aeronave lo más rápido posible muestran una clara intención de ocultar la evidencia del accidente”.

“La posibilidad realista de que se bajara el tren de aterrizaje exhibe tanto un piloto activo en un intento de asegurarse de que el avión se hundiera lo más rápido posible después del impacto”, concluyó.

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