El gobernador de Texas, Greg Abbott, conmutó este jueves la pena de muerte contra Thomas 'Bart' Whitaker, un sentenciado que contrató a un sicario para asesinar a su familia.
"El Sr. Whitaker deberá pasar lo que resta de su vida tras la rejas en castigo por su crimen atroz", señaló Abbott al justificar su decisión después de que el padre del preso pidiera por su vida.
Whitaker, un estadounidense que quiso asesinar a toda su familia, debía ser ejecutado este jueves, pero el gobernador terminó por escuchar los pedidos de clemencia del padre, quien también era un blanco del sicario contratado por Thomas.
#BREAKING GOVERNOR Abbott commutes Thomas Bart Whitaker’s death sentence. Statement here: pic.twitter.com/lKOgYX94Ls
— Christian Flores (@CFloresNews) February 22, 2018
De manera excepcional, la estatal Junta de Indultos y Libertad Condicional de Texas también había recomendado el martes clemencia para Whitaker.
La intensidad de este drama familiar impactó a Estados Unidos. Por un lado, un hijo asesino de su madre y de su hermano, que también quería matar a su padre. Por otro lado, había un padre, que aún gravemente herido y sin saber quién estaba detrás del ataque, decidió perdonar al asesino, por ser un firme creyente en la redención.
En una rara coincidencia, otros dos estados tenían previsto ejecutar a sendos condenados este mismo jueves.
"Perdón milagroso"
En 2003, Bart contrató a un pistolero para liberarse de sus padres y de su hermano, contra los que había acumulado odio.
El entonces veinteañero montó un falso robo, y afirmó que habían disparado en su contra durante el sangriento ataque. Su madre Tricia, de 51 años, y su hermano Kevin, de 19, resultaron fatalmente heridos.
Durante siete meses, Kent Whitaker vivió con su hijo Bart ignorando que él era el responsable de la tragedia familiar, mientras los policías avanzaban en la investigación que finalmente lo halló culpable.
Para entonces el padre ya había perdonado al asesino. Lo decidió la noche misma del tiroteo, con el tórax perforado por una bala 9mm, cuando, según dijo, Dios fue a su encuentro y lo ayudó a llegar a un "perdón milagroso".
"Vivo con la magnitud de la pérdida todos los días. Pero Dios me ayudó a alcanzar ese completo perdón y creo que lo hizo para ayudarme a reconstruir mi relación con mi hijo", contó a AFP.
La segunda ejecución: Eric Branch
La segunda ejecución que se concretó este jueves es la de Eric Branch, sentenciado en el estado de Florida a la pena de muerte por el asesinato de un estudiante en 1993.
Sus abogados lanzaron en vano el último recurso para salvarlo, argumentando que el detenido tenía solo 21 años en ese momento y que el veredicto fue emitido por un jurado no unánime.
La muerte inyectada por el pie
Por último, a las 18:00 locales (00:00 GMT del viernes), el estado de Alabama planea ejecutar a Doyle Hamm, quien pasó tres décadas en el corredor de la muerte. Fue condenado en 1987 por el asesinato de un empleado de un motel durante un robo a mano armada.
Hamm padece cáncer de cerebro y del sistema linfático. Por la gravedad de su enfermedad, sus abogados temen que su ejecución mediante inyección letal se convierta en una sesión de tortura.
Pero el martes un tribunal dictaminó finalmente que la condición de salud de Hamm no impedía que fuera ejecutado, siempre que el catéter de infusión se insertara en una vena de sus piernas o pies.
Los condenados a muerte en Estados Unidos reciben generalmente la inyección letal en los brazos o manos.
38 ahorcamientos en un día
No ha habido tres ejecuciones en el mismo día en Estados Unidos desde el 7 de enero de 2010. Una triple ejecución ocurrió solo 13 veces en 40 años, según el Centro para la Información sobre la Pena de Muerte (CPIPM por sus siglas en inglés), una organización que aboga por la eliminación de la pena capital.
En la historia moderna, el número récord de ejecuciones en un día se registró el 9 de diciembre de 1999, cuando cuatro estados (Oklahoma, Indiana, Texas y Virginia) ejecutaron a un prisionero.
Pero el número más alto en la historia del país se alcanzó el 26 de diciembre de 1862 en Minnesota, cuando las autoridades federales ahorcaron a 38 miembros de la tribu indígena Dakota.
Por Sebastien Blanc (AFP)
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