La vigilia de los familiares de los tripulantes del submarino ARA San Juan en la Base Naval de Mar del Plata atraviesa horas de sentimientos encontrados. Allí se busca mantener firme la esperanza, pero esta semana también hubo momentos en los que algunos de ellos ya no resistieron la angustia que cargan por dentro.
La bronca, la tristeza y la resignación pudieron más desde que la Armada confirmó que aquella "anomalía hidroacústica" detectada el miércoles 15 por la mañana había sido, más precisamente, "una explosión". Hubo escenas de ira, llantos y hasta desmayos entre esos hombres y mujeres que esperan, más que nadie, algún dato concreto sobre los tripulantes.
Es que algunos de esos familiares interpretaron el dato de la "explosión" como una confirmación de la peor noticia: "Fue el miércoles a la mañana y están todos muertos", lamentó Itatí Leguizamón, la esposa del sonorista Germán Suárez ante la prensa apostada en la Base Naval. En este marco, el vocero de la Armada, Enrique Balbi, insistió en el último parte difundido este viernes que "no hay fecha para que termine la fase de búsqueda y rescate", al tiempo que la Armada de los Estados Unidos pidió 44 chalecos salvavidas y ropa de abrigo.
En este contexto de búsqueda contrarreloj, el jefe de la División Prensa de la Armada, el Capitán Rodolfo Ramallo, y el psiquiatra Enrique Stein, son quienes tienen frente a frente en Mar del Plata al círculo íntimo de los tripulantes. En los momentos de difundir información oficial, se generan momentos de nerviosismo y angustia como los que difundió Canal Diez, de la ciudad balnearia.
"¿Cuántos días son los que tienen de autonomía de aire?", pregunta un familiar, a lo que les responden: "Se supone que, desde que la última vez que subió, son siete días".
Es entonces cuando entre los familiares comienzan a preguntarse: "¿Tenemos esperanza todavía?". Otro agrega, sin eufemismos, "¿Hay vida?". Y entre ellos especulan lo peor, en base a los dichos de la Armada: "Y no, porque si dijo que tienen siete días de sobrevida, de exígeno, y ya pasaron siete días…".
"No tengo respuestas", se limita a contestar el Capitán.
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