La Copa Libertadores es el certamen que todo club latinoamericano sueña con ganar en algún momento de su vida y por eso los fanáticos del continente son capaces de viajar enormes distancias solo para ver 90 minutos de un partido de fútbol.
En esta edición, los aficionados se han encontrado con una barrera mucho más alta que un largo trayecto: el valor de las entradas. En varios casos, los tickets para los visitantes superan incluso los de la final de la Champions League del 2017.
El caso más trascendente es el de Boca Juniors que este jueves visitará a Alianza Lima por la primera fecha del Grupo 8. Los seguidores del club argentino se quejaron porque el valor de un boleto era de 130 dólares. Luego de mucha discusión mediática, la institución peruana anunció que lo redujo hasta los 95 dólares.
El mismo enojo germinó en los hinchas de Estudiantes de la Plata que viajarán a Uruguay para medirse con Nacional este miércoles. En este caso, el club de Montevideo pudo las entradas a 80 dólares. Precio más que exagerado para tratarse de una primer encuentro de fase de grupos.
Esto sucede porque desde la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) no interviene en absoluto con los valores de los tickets. Ni siquiera para poner un tope. Por eso, los clubes elevan los valores para los visitantes y reducen el de los locales.
En promedio, un aficionado local paga entre 25 y 80 dólares una platea, aunque de acuerdo al sistema de abonos y descuentos para socios que posea cada club, los precios pueden ser diferentes.
En el caso de la Champions League, competición continental más importante de Europa, la UEFA es la que establece los precios de la final, ya que no es ida y vuelta. En la edición 2017 disputada en Cardiff entre el Real Madrid y la Juventus, los precios oscilaron entre los 85 y los 550 dólares.
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