Diego Lagomarsino deberá utilizar una tobillera electrónica con GPS para monitorear todos sus movimientos. Así lo dispuso el juez Julián Ercolini en la misma resolución que ordenó su indagatoria por la muerte del fiscal Alberto Nisman para el 14 de noviembre.
Según explicaron fuentes judiciales, el juez les dio intervención a los ministerios de Justicia y de Seguridad para que implementen y controlen el sistema de monitoreo a distancia.
También le ordenó al técnico informático que se presente cada 15 días en el juzgado y avise si se va a más 100 kilómetros de su domicilio.
¿Por qué tantos controles? Lagomarsino tiene asignada una custodia de la Prefectura, pero bajo un régimen a distancia. "No lo siguen a todos lados, él va a trabajar y lleva los hijos al colegio sin los custodios", explicó una fuente de su entorno.
Inicialmente la custodia estaba en manos de la Gendarmería. Hace varias semanas, sin explicar los motivos, el Ministerio de Seguridad dispuso que se encargue de esa tarea la Prefectura y notificó a las autoridades judiciales.
En su dictamen, Taiano no mencionaba el sistema de la tobillera electrónica, aunque había pedido alguna medida para asegurar que Lagomarsino esté "sujeto al proceso".
El mismo sistema ya se había utilizado en el caso del FIFAgate, cuando el juez federal Claudio Bonadio les otorgó la prisión domiciliaria a los empresarios Hugo y Mariano Jinkis y les impuso ese sistema de monitoreo.