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Murió Toto Riina, el sanguinario jefe de la Cosa Nostra

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17-11-2017 | INTERES GENERAL | "CAPO DE TODO LOS CAPOS"
Murió Toto Riina, el sanguinario jefe de la Cosa Nostra

Tenía 87 años. Condenado 26 veces a cadena perpetua, estaba preso y enfermo. Nunca dejó de ser considerado peligroso.

Salvatore "Toto" Riina murió a los 87 años en un hospital de la ciudad de ParmaSalvatore "Toto" Riina murió a los 87 años en un hospital de la ciudad de Parma

A las tres de la madrugada de hoy murió en el Hospital Mayor de Parma, al dia siguiente de cumplir 87 años, Salvatore “Totó” Riina, el sangriento y carismático “capo de los capos” de la Cosa Nostra, la legendaria mafia siciliana. Aunque Totó llevaba 24 años en prisión rígida y fue condenado a 26 cadenas perpetuas por homicidios y estragos, para muchos seguía siendo el verdadero jefe de la “Mammasantísima”, como los “hombres de honor” llaman a la Cosa Nostra. Al menos su imagen carismática seguía dominando la historia y las leyendas en torno a los 40 años en que su figura de dictador interno de la organización, inspirador y máximo ejecutor de la estrategia terrorista que causó millares de muertos, dominó la escena italiana hasta su captura en enero de 1993 en Palermo.

Riina tenía un cáncer en cada riñón y un mal de Parkinson que avanzaba. Pero era sobre todo enfermo del corazón. Hacía una semana que había sido puesto en coma farmacológico y su familia fue autorizada a estar junto a su lecho de muerte. En los 24 años de cárcel, ni su mujer ni sus hijos pudieron nunca acercarse a él: lo veían a una cierta distancia y los diálogos estaban controlados. Riina se encontraba bajo el régimen 41 bis, aplicado a mafiosos y terroristas, un sistema de seguridad implacable que no lo autorizaba a leer el diario ni escuchar la radio.

La Bestia

Fue de tal magnitud el control despiadado de Riina y de su segundo, Bernardo Provenzano, nombrado sucesor y muerto el año pasado en Milan, que Totó fue bautizado “la Bestia”. Oficialmente se lo considera responsable de 150 muertos y de atentados terroristas que causaron cientos de víctimas. Las cuentas oficiosas de los que perdieron la vida por mandato, o personalmente, de Salvatore, suman miles de cadáveres.

Aunque estaba muy enfermo y había sido operado dos veces en los últimos meses, le fue negada en julio la prisión domiciliaria para morir junto a sus familiares en la pequeña ciudad de Corleone, a cien kilómetros de Palermo donde Riina tomó muy joven el poder en los clanes mafiosos locales y terminó por imponer a los “viddani” (campesinos) como los llamaban a los corleoneses los mafiosos de Palermo, como el grupo hegemónico en Cosa Nostra, tras arrasar en una guerra de mafia de tres años que concluyó en 1981 a sus numerosos y feroces rivales.

Riina fue el teórico de la violencia total de hacer crecer su poder cometiendo masacres y homicidios; se aseguró relaciones y contactos que lo llevaron a la cumbre del dominio de la llamada “área gris”, donde se encuentra secretamente el poder mafioso con los que controlan el poder político. El último gran proceso, al que Totó asistía desde la cárcel con puntualidad, fue el de las relaciones entre sectores del Estado y de la política italiana que negociaron con Riina y la Cúpula mafiosa condiciones para poner fin a los ataques organizados por Totó y los suyos. Solo algunos velos de estos arreglos, que ponen los pelos de punta, han logrados ser descubiertos. El histórico “capo de los capos” de la mafia siciliana nunca se arrepintió ni negoció mejores condiciones personales. Los secretos que tenía y que tal vez pensaba revelar en un momento conveniente, se los llevó a la tumba.

Los muertos de Riina

Los muertos más ilustres de la era Riina fueron el juez Giovanni Falcone y el fiscal Paolo Borsellino, heroicos magistrados que condujeron en los años ’80 el maxi proceso a Cosa Nostra, en el cual fueron infligidos varias cadenas al entonces prófugo Salvatore Riina. En dos atentados terribles con explosivos, en mayo y julio de 1992, fueron asesinados Falcone, su esposa que también era una juez y cuatro policías de la escolta; y el fiscal Borsellino y cinco policías que lo cuidaban, frente a la casa de su anciana madre en Palermo.

Otras condenas a la cárcel por vida incluyeron el asesinato del presidente de la región siciliana Piersanti Mattarela, que murió en Palermo en los brazos de su hermano, el actual presidente de Italia Sergio Mattarella. También cayeron varios jueces, el general Carlo Alberto Dalla Chiesa, nombrado prefecto de Palermo, junto con su esposa, y el líder del partido comunista siciliano, Pío La Torre.

El poder militar de la mafia de Riina llegó a ser tan fuerte que pudo eliminar prácticamente a todos los “capos” de Cosa Nostra que lo resistían. Y con los “arrepentidos” que colaboraban con la justicia, como Tomasso Buscetta y Salvatore Contorno, aplicó la estrategia masacradora de exterminar a sus amigos y parientes “hasta el vigésimo grado, incluidos niños y adolescentes”,como ordenó.

Hasta bombas en las iglesias

La estrategia terrorista se proyectó incluso más allá de su arresto. Tras un discurso del Papa Juan Pablo II en Sicilia exigiendo a los mafiosos que se arrepintieran, estallaron bombas en iglesias y la basílica de San Juan en Letrán, sede del Papa en Roma. También en Florencia y en Milán, con un saldo de quince muertos en total. Esa es una historia llena de misterios porque se sostiene que hubo mandantes políticos de aquellas “estrategia de la tensión”. Incluso el tres veces primer ministro y renacido líder de la centro derecha, Silvio Berlusconi, está siendo investigado en un juzgado de Milán.

El gran tema del futuro inmediato es quién será el sucesor de Salvatore Riina al frente de Cosa Nostra. La única figura que se proyecta en el horizonte es la de Matteo Messina Denaro, 55 años, padrino de Trapani y considerado el líder mafioso en Sicilia y Europa.

Prófugo desde hace 24 años, “Diabolik”, como lo llaman, va y viene de Italia en medio de un mar de versiones contradictorias. Pero aún no es formalmente el “capo de los capos” porque con Totó Riina en vida la conducción histórica no se discutía. La “Cúpula” actual, que tendría que controlar las actividades de Cosa Nostra, se muestra débil, sostiene la prensa y no ha nombrado aún al nuevo gran capo.

No se sabe si esto es cierto porque las cumbres mafiosas son aún más herméticas que los clanes y los “picciotti” (soldados). La muerte de Totó Riina impulsa una transición al parecer incierta en el poder interno de Cosa Nostra.

Fuente: SM – Clarín

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