El intendente Pablo Javkin firmará en los próximos días, la fecha tentativa es el martes que viene, un convenio con la administración de Javier Milei para reactivar el plan de urbanización de barrio La Tablada. El hecho es significativo no solo porque permitirá la apertura de dos calles y la construcción de 25 viviendas para trasladar a familias que viven sobre las trazas de las mismas, sino porque marca el regreso de la inversión pública nacional para obras en la provincia.
Esa inversión nacional –que cubrirá el 90 por ciento del total que requieren las obras mientras que del 10 por ciento restante se hará cargo el municipio– sería también el primer desembolso en todo el país del Fondo de Integración Socio Urbano –Fisu– desde el inicio de la gestión Milei. El monto total de la inversión será 7.072.796.752,81 de pesos.
Los desarrollos ya fueron adjudicados a las empresas Conylog y Del Sol, para la primera licitación -la que financia íntegramente Nación- y a la firma Pecam, para la segunda licitación, en la que hay una participación de un 17 por ciento de la Municipalidad de Rosario. Como ya se indicó, en el monto total de la urbanización hay un 90 por ciento de aporte de Nación y un 10 por ciento del municipio.
Esa política pública a cargo de la Subsecretaría de Integración Socio Urbana (Sisu), que permitió realizar obras importantes para mejorar la vida cotidiana de los habitantes de distintos barrios populares de la ciudad, tuvo hasta ahora una característica poco usual en la Argentina: fue votada durante la gestión de Mauricio Macri luego de un acuerdo entre funcionarios de esa administración y el dirigente social Juan Grabois, y puesta en marcha durante la gestión de Alberto Fernández a cargo de la exsubsecretaria de Integración Socio Urbana Fernando Miño.
Lo que Javkin firmará con el propio Pareja, en un acto en el que se espera que también tenga protagonismo como referente local de La Libertad Avanza la diputada nacional Romina Diez, es el compromiso nacional para financiar el 90 por ciento de las obras de apertura de dos calles, el equipamiento para otros sectores del barrio que ya habían sido urbanizados y la construcción de 25 viviendas.
Con eso, se completaría el proyecto del cordón Ayacucho y comprende el cuadrante que componen esa calle, Chacabuco, Uriburu y bulevar Seguí. Antes del fin de la gestión de Alberto Fernández, la Sisu ya había firmado el compromiso para financiar esas obras, pero habían quedado sin ejecutar.
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