¿Por qué el sorbete de champán podría ser considerado ilegal?
La poderosa asociación comercial que representa a los fabricantes de champán ha demandado a bloggers, embotelladoras de agua y marcas de moda de alta costura. Sus representantes advirtieron a Apple que no llamara "champagne" al iPhone dorado y pasaron tres años asegurándose de que nadie, salvo los productores franceses, pudiera poner links de vino relacionados con el champán.
Hace poco, el Comité Interprofesional del vino obtuvo una victoria aún más significativa cuando el tribunal más poderoso de Europa sugirió una decisión no vinculante que afirmaba que incluso los productos que contienen ese vino espumoso francés tampoco podrían tener la capacidad de utilizar el nombre de "champagne" o "champán".
La opinión del Tribunal de Justicia Europeo en relación a un producto vendido en los supermercados Aldi como "Sorbete de Champán" refuerza y amplía el alcance de las leyes de la Unión Europea que dictaminan que solo el vino de postre portugués puede llamarse "port" y que solo el queso azul de fabricación británica puede denominarse "Stilton".
Si bien la opinión judicial no es definitiva, los expertos recalcan que eso fomenta el esfuerzo de la región de Champagne para proteger su marca.
"Champagne está luchando esta batalla en Europa y parece que está ganando", afirma Bernard O'Connor, socio administrativo del bufete europeo NCTM, que se especializa en derecho comercial y agrícola. "Parece lógico que luego lleven la lucha a los mercados globales", señala al respeto.
El caso en cuestión involucró al "Sorbete de Champán", que Aldi estuvo vendiendo en varias de sus tiendas alemanas en 2012. El postre contenía un 12 por ciento de champán, el auténtico de Francia, pero el Comité reclamó el uso del nombre protegido en un producto que no era vino y que se había abaratado.
Según la legislación europea, cientos de alimentos tradicionales, vinos y licores vinculados a una región específica gozan de protecciones especiales: se les otorga el uso exclusivo del nombre regional del producto y están legalmente protegidos contra una serie de infracciones de terceros.
El queso Stilton debe producirse en los condados británicos de Derbyshire, Leicestershire o Nottinghamshire, y siempre utilizando leche local pasteurizada. Port se describe como un vino fuerte producido en el valle del Duero de Portugal. Los quesos Feta, Manchego, Roquefort y Asiago deben proceder de Grecia, España, Francia e Italia respectivamente.
Incluso los usos indirectos de los nombres protegidos son ilegales en la mayoría de casos. Los productores de alimentos no pueden "abusar, evocar o imitar" el nombre protegido para etiquetar, publicitar o dibujar una comparación con otros productos similares.
En otras palabras que Miller High Life con su lema "El Champagne de las cervezas" sería ilegal en Europa.
En el caso del sorbete, sin embargo, el producto contenía un doce por ciento de champán. Aldi, que hace mucho tiempo que dejó de vender ese postre, ha argumentado que no se puede decir que su producto haya explotado la marca de champán o que se haya engañado a sus consumidores.
"Aldi y Galana se apoyaron en el derecho de utilizar una denominación comercial correcta y no engañosa. Según los acusados, el uso de "Champagne" para un sorbete que contenía champán estaba justificado", declaró un abogado de Galana, el fabricante de sorbetes, en una declaración difundida en 2014.
Pero la opinión emitida recientemente por el Abogado General Manuel Campos Sánchez-Bordona permitió una interpretación más amplia de las protecciones de los nombres, estableciendo que los fabricantes de alimentos solo pueden utilizar el nombre de un ingrediente protegido si el producto final también capta sus "características esenciales". Tampoco pueden comercializar el producto sobre la base de su ingrediente protegido.
"El productor y el distribuidor del sorbete querían evocar en la mente de los consumidores la calidad y el prestigio asociados con esta denominación de origen y, de esta manera, extenderlo al sorbete", escribió el tribunal sobre el producto de Aldi.
La opinión del Abogado General no es el final del capítulo: el Tribunal Europeo de Justicia emitirá un fallo final dentro de unos meses y espera que refleje la posición de Bordona. Después, el caso volverá a un tribunal alemán, donde comenzó, aunque el precedente del Tribunal de Justicia se mantendrá en toda Europa.
Incluso en esta etapa, el juicio es una victoria para los productos protegidos y establece un importante precedente, según advierten los expertos.
"Si el Tribunal Europeo de Justicia adopta la opinión del Abogado General, los productos protegidos, incluso cuando se utilizan como ingredientes, continuarán disfrutando de un alto nivel de protección", señala Katie Vickery, que dirige la práctica de alimentos y bebidas en el bufete europeo Osborne Clarke.
Este tipo de protección ya está ganando mucha fuerza, incluso fuera de la Unión Europea.