Teatro ciego: un programa para estimular los sentidos
Ale Lacroix presenta una alternativa única para pasar una noche mágica en Buenos Aires. En su decimosexcta temporada de éxito, vuelve a presentarse en nuestro país La Isla Desierta, la obra de Roberto Arlt que inauguró el Teatro Ciego en 2001. Integrado por ocho actores, cinco de los cuales son no videntes, el grupo Ojcuro, bajo la dirección de José Menchaca.
A lo largo del desarrollo de la pieza teatral se estimulan fuertemente otros sentidos; aromas, sonidos ambientes y sensaciones en la piel, provocan nuevas formas de relato haciendo nacer en toda su potencia el poder de la imaginación. Es en esos recorridos donde asoman las fragancias, se enfrentan tormentas (sí, ráfagas que despeinan), animales y hasta se puede llegar a ver luciérnagas. Después de tantas emociones, llega el momento de disfrutar una variedad de comidas restauradoras: sándwiches de Jamón Serrano y hamburguesas gourmet acompañadas con una cerveza helada. El bar es sencillo pero reconfortante luego de tanta exaltación de los sentidos.
Se trata, como sus mismos creadores lo presentan, de poner en jaque a la vista, reina de los sentidos, para potenciar otras sensaciones. Y a la imaginación. Porque, en definitiva, la mente del espectador es el único escenario donde transcurre este tipo de obras.
