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VIDEO: Vuelven a moverse las hamacas fantasmas en Firmat

En la plaza Manuel Belgrano, se mueven aleatoriamente como si alguien las estuviera ocupando ¿Qué opinas? 

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En la plaza Manuel Belgrano, se mueven aleatoriamente como si alguien las estuviera ocupando ¿Qué opinas?

Todo comenzó en junio de 2007 cuando un adolescente que vivía frente a la plaza, de apellido Piana, notó que las hamacas se movían solas. El video que filmó se difundió rápidamente, primero a nivel local y luego nacional, convirtiendo a la plaza en un centro de peregrinación y un atractivo turístico.

A pesar de los años, los columpios nunca dejaron de moverse. Incluso durante la cuarentena por la pandemia, las hamacas de la plaza volvieron a moverse solas y un nuevo video filmado por el periodista local José Pellegrini se hizo viral en las redes sociales.

Hay varias teorías sobre por qué las hamacas se mueven solas. Algunos creen que se trata del espíritu de un niño que murió en un accidente cerca de la plaza. Otros sugieren explicaciones más racionales, como los vientos, un campo magnético o fuerzas no mensurables de una antena de telefonía celular.

A medida que el misterio continúa, la gente sigue acudiendo a la plaza Manuel Belgrano, esperando ver con sus propios ojos el fenómeno de las hamacas de Firmat.

Qué dice la ciencia

El programa de televisión estadounidense dedicado a investigar fenómenos paranormales, llamado “Fact or Faked: Paranormal Files”, llevó a cabo un estudio en 2011. Cubrieron las hamacas con una carpa inflable y demostraron que es el viento lo que las hace mover. Sin embargo, su explicación sobre por qué se mueve una sola hamaca se consideró insatisfactoria.

Es importante mencionar que, a pesar de estas investigaciones, muchas personas en Firmat todavía creen en la teoría del “fantasma del niño” como la causa del movimiento de las hamacas.

Qué opinan en Firmat

Las opiniones de los firmatenses sobre el fenómeno son tan variadas como fascinantes. Algunos aceptaron el suceso como parte de la vida cotidiana. Otros creen en la teoría del “fantasma del niño” como la causa del movimiento de las hamacas. Están los que no se interesan por el tema, quienes buscan explicaciones más racionales, pero también, quienes se dicen escépticos, pero pasan por las hamacas antes de ir al casino, en busca de algo que le aporte buena suerte.

Lo concreto es que el fenómeno tuvo un gran impacto en la cultura de la ciudad. Una escritora local publicó un libro titulado “Las hamacas de Firmat”, que aprovecha estas vivencias para contar la historia sobre cómo se erigió el barrio de la plaza en los años ‘80.

Para Leonardo, hermano del joven que descubrió el movimiento de las hamacas y quien también vive frente a la plaza, “todo sigue siendo un enigma, aunque ya no le damos importancia”.

Juan, otro vecino que vive frente a la plaza a pocos metros de las hamacas, contó a La Capital que “pasa gente que no es de acá. Hacen la bajadita desde la ruta, se quedan un rato observándolas y después continúan viaje”. También contó que hace pocos días vio cómo una de las hamacas se movía con más fuerza que la habitual. “Se movía desde la mitad de la cadena, como si hubiera alguien agarradito de ahí. Fui, la paré con mano y lentamente comenzó a moverse otra vez”.

Para él, el fenómeno sigue dándose sin que se pueda establecer un patrón. “No hay fechas ni horarios. A veces salgo a trabajar y veo que se están moviendo. Pero ya estamos familiarizados, no nos llama la atención como antes”, reforzó.

“No me animo a tirar ninguna teoría. El accidente del chiquito que cuenta la leyenda fue real, ocurrió cuando se hacía la obra de cloacas, se cayó un tubo y lo golpeó. Pero para mí, que soy nacido y criado en Firmat, eso no tiene nada que ver y lo de las hamacas obedece a otro fenómeno”, argumentó.

Uno de los episodios que más llamó la atención de Juan fue un día en que la región fue afectada por una fuerte tormenta. El viento voló el techo del campanario de una iglesia cercana y el techo de chapas a modo de cochera que tiene frente a su casa. “Ahí miré hacia las hamacas y una de ellas, la del centro, estaba totalmente quieta, como si la hubiesen estaqueado”, dijo.

Otro día tuvo la oportunidad de documentarlo en un video y allí confirmó que la hamaca nuevamente se quedaba quieta a pesar de la incidencia del viento en el resto del paisaje.

“Hay algo muy nuestro, de buscarle explicación a todo. Y cuando no encontramos una salida lógica soltamos a volar la imaginación”, concluyó Juan.

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